El síndrome de Asperger es un trastorno generalizado del desarrollo. La principal diferencia entre éste y el síndrome autista clásico es que en este los niños no tienen retrasos cognitivos o del habla. La persona afectada muestra graves dificultades en la interacción social y en la comunicación. Pese a estas dificultades sociales, muchos tienen una inteligencia por encima del promedio. No presentan retrasos en el desarrollo cognitivo, en las habilidades para cuidar de sí mismos ni en la curiosidad acerca del entorno.
Las personas con síndrome de Asperger suelen centrarse demasiado o incluso llegar a obsesionarse por un sólo tema llegando a ignorar todos los demás. Con frecuencia hablan poco de otra cosa. Estas personas no se aíslan como las que padecen autismo, sino que con frecuencia se acercan a otras personas. Son los problemas con el habla y el lenguaje los que les lleva al aislamiento en la interacción social. Problemas como el inadecuado uso del lenguaje corporal o la dificultad para entender el sarcasmo o el humor dificultan enormemente su capacidad de relación.
Presentan gaves dificultades a la hora de responder emocionalmente en interacciones sociales normales, no son flexibles ante rutinas y no expresan placer por la felicidad de otras personas.
Pueden presentar retrasos en el desarrollo motor y comportamientos físicos inusuales como torpeza al caminar o aleteo de los dedos.
No existe ningún tratamiento único para todas las personas con este síndrome. Se trata de un tratamiento orientado al manejo de la sintomatología estresante y la enseñanaza de habilidades sociales, comunicativas y profesionales.
Escrito por: Guillermo Lapuerta Heras
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