A
continuación voy a tratar una enfermedad que condiciona gravemente la vida
social de la persona que la padece: el autismo. Cuando hablamos de personas
autistas o de autismo, nos referimos a personas que padecen un espectro
caracterizado por varios déficits del desarrollo, permanentes y profundos. Se
trata de un conjunto de alteraciones semejantes pero cuya manifestación varía
mucho de unas personas a otras.
Cuando hablamos de autismo y de
otros trastornos generalizados del desarrollo, no podemos considerarlo como una
categoría única sino como un continuo espectro, pues estamos utilizando
términos comunes para hablar de personas muy diferentes.
Las personas consideradas autistas
presentan trastornos en las capacidades de reconocimiento social, en las capacidades
de comunicación social y patrones repetitivos de actividad, tendencia a la
rutina y dificultades en la imaginación social. Estos síntomas se traducen en
un fuerte aislamiento y exclusión social tanto por la incapacidad del sujeto de
relacionarse socialmente, como por el rechazo de la sociedad hacia este.
La frecuencia de estos trastornos
está aumentando últimamente llegando en la actualidad a darse en un 0,6 % de
los nacimientos. Esto hace que sea cada vez más importante la investigación
para el diagnóstico temprano, lo cual es dificultado por el desconocimiento de
las causas que originan esta enfermedad.
Escrito por: Guillermo Lapuerta Heras
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