Los cuidadores de personas enfermas de Alzheimer encuentran
limitada en muchas ocasiones su participación en los diferentes ámbitos de la
vida social. Esto se produce a consecuencia de diversos factores, tales como la
falta de apoyo por parte de las instituciones públicas, ya que son pocas las
ayudas que se ofrecen a las familias afectadas por esta problemática. Esto
deriva en una restricción casi toral de la libertad del cuidador, si este no se
encuentra en una posición económica ventajosa, ya que se ve obligado a suplir
por cuenta propia las dificultades que conlleva esta enfermedad. El factor
económico es de gran importancia ya que un gran número de personas con esta
enfermedad se encuentran en residencias destinadas para la tercera edad, en las
cuales no se disponen de tratamientos específicos para dicha enfermedad. Por
otra parte, debido a la pérdida de conocimiento aprehendido de las normas
sociales implícitas que dirigen gran parte de nuestros comportamientos
cotidianos, el enfermo de Alzheimer empieza a tener comportamientos o actitudes
desinhibidas que pueden poner en situaciones incómodas a los cuidadores.
Por otra parte, el último Informe Mundial sobre
el Alzheimer (World Alzheimer Report 2012), difundido el 20 de septiembre de 2012, reveló
que aproximadamente un 24 por ciento de las personas que viven con demencia
oculta su diagnóstico por el temor a ser clasificados bajo el estigma social de
la demencia y ser excluidos de la vida cotidiana
Gabriel García Márquez sufrió Alzheimer. Dicha
enfermedad es uno de los episodios más fascinantes y terribles de la novela Cien
años de soledad, fue desde siempre una de las obsesiones del escritor. En la
ficción y en la realidad familiar.
“Qué maravilla. Ahora lo estoy olvidando todo” Gabriel García Márquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario