Las conductas desinhibidas son una de las características
principales que se dan en las primeras etapas de los enfermos de
Alzheimer. Entendiendo por desinhibición la actuación de acuerdo a los impulsos o sentimientos internos, sin las limitaciones impuestas por las exigencias reales o convencionales.
Las personas que sufren la enfermedad del Alzheimer tienden a
expresar todo lo que se les pasa por la cabeza, son impredecibles. En esta fase de la enfermedad el sujeto ya no
reconoce o recuerda las normas sociales implícitas que guían gran parte de los
comportamientos de las personas. Ciertas actitudes podrían recordarnos al
comportamiento de un niño. De esta manera se puede realizar una comparativa
entre la inocencia o falta de información de un niño, que aún está empezando a
aprehender las normas sociales implícitas, con el olvido progresivo e
implacable de las mismas, en las personas enfermas de Alzheimer. En el periodo
de la infancia no entendemos ciertas actitudes de un niño como estados de
desinhibición sino que comprendemos sin esfuerzo, ya que resulta una obviedad,
que mediante las herramientas de socialización el niño irá adquiriendo e
interiorizando aquellas cosas que son socialmente aceptadas y aquellas que
no. La persona enferma de Alzheimer
vuelve a un estado primitivo de socialización, pierde el peso de la memoria y
parece volver tras los pasos andados, desaprendiendo todo aquello que le
configura como persona.
Podríamos decir que la infancia es como una hoja en blanco
esperando ser vivida y el Alzheimer la historia escrita de una vida condenada a
ser olvidada.
"El que no tiene memoria se hace una de papel." Gabriel García Márquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario