Existen
varios tipos, aunque los más comunes son el trastorno depresivo grave y el
trastorno distímico:
-El
trastorno depresivo grave (o mayor): los síntomas repercuten negativamente en
la esfera social, laboral o en otras áreas vitales. Incapacita a la persona y
le impide desenvolverse con normalidad. Un episodio de este tipo de depresión
puede darse solo una vez, pero frecuentemente recurre durante toda
su vida.
-El
trastorno distímico (o distimia): sus síntomas son de larga duración (dos años
o más), pero menos graves. No incapacitan a la persona pero pueden impedirles
llevar una vida normal y sentirse bien. Las personas con este trastorno pueden
padecer episodios de depresión grave a lo largo de su vida.
Otros tipos
son:
-Depresión psicótica: depresión grave acompañada por alguna forma psicótica (ruptura de la realidad, alucinaciones, delirios...).
-Depresión post-parto: episodio de depresión grave dentro del primer mes después del parto.
-Trastorno afectivo estacional: aparición de la enfermedad depresiva durante los meses de invierno (cuando disminuyen las horas de luz solar).
Los síntomas
afectan sobre todo a la esfera afectiva, ya sea transitoria o permanentemente.
Algunos de estos pueden ser: tristeza patológica, abatimiento, infelicidad,
decaimiento, irritabilidad, culpabilidad o un trastorno del humor que puede
disminuir el rendimiento o limitar la actividad vital habitual (comer, dormir,
etc.). También se da una pérdida del interés e incapacidad para disfrutar de
actividades que antes resultaban placenteras.
Además, los
trastornos depresivos, pueden estar, en menor o en mayor grado, acompañados de
ansiedad.
Escrito por: Silvia García Barral
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